jueves, julio 10, 2025

Apertura de la temporada de caza del oso negro en Florida: un paso hacia la gestión sostenible

La Comisión de Conservación de Pesca y Vida Silvestre de Florida (FWC) tomó recientemente la decisión de restablecer la caza del oso, lo que provocó una rápida reacción en contra. Sin embargo, el núcleo de esta decisión no tiene que ver con el deporte ni con la política, sino que se basa en la ciencia, la seguridad y el bienestar tanto de los osos como de los seres humanos.

La población de osos negros de Florida es testimonio del éxito de los esfuerzos de conservación. Desde un nivel precario en la década de 1970, la población ha aumentado a más de 4000 ejemplares, gracias a décadas de gestión cuidadosa y basada en la ciencia. Esa recuperación merece ser celebrada. Pero la conservación no se limita a la recuperación, sino que exige una gestión sostenida dentro de los límites del hábitat disponible.

Ahí es donde nos encontramos ahora. Los osos no solo prosperan en las zonas silvestres, sino que se están adentrando en los suburbios, los barrios, los parques y las escuelas. Las llamadas por conflictos entre humanos y osos han aumentado un 42 % en la última década. Cada año se producen lesiones. Y este año, Florida ha registrado su primer ataque mortal de un oso negro. No se trata de casos aislados. Son una clara señal de que la población de osos de Florida está creciendo más allá de lo que el paisaje y las comunidades pueden soportar de forma segura.

El plan de la FWC consiste en restablecer el equilibrio a largo plazo. La caza propuesta está estrictamente controlada y se basa en datos. Solo permite 187 etiquetas en cuatro unidades de gestión de osos, menos del 5 % de la población estimada en esas zonas. Se trata de una medida muy cuidadosa y calibrada para gestionar el crecimiento y reducir los conflictos.

Y sí, la caza es una herramienta de gestión válida y probada. Todos los estados de EE. UU. con una población de osos superior a 1000 utilizan la caza regulada para mantener unas cifras saludables. Florida simplemente se sumaría a la norma nacional. La caza regulada no solo es flexible y escalable, sino que también genera ingresos para seguir conservando la especie. A través de la venta de licencias de caza y la Ley Pittman-Robertson, cada año se destinan millones de dólares a la restauración de la fauna silvestre, la protección del hábitat y la educación pública.

Los detractores argumentan que deberían utilizarse herramientas no letales, como cubos de basura a prueba de osos, vallas y acoso. Se trata de estrategias importantes y necesarias, pero abordan el comportamiento, no el crecimiento de la población. Pueden ayudar a reducir los conflictos a nivel local, pero no detienen la tendencia al alza del número de osos. La caza y las herramientas no letales no son excluyentes. Ambas son partes esenciales de una estrategia integral de gestión de la fauna silvestre.

Lo más preocupante es que muchos de los que se oponen a la caza no ofrecen datos alternativos ni soluciones viables a largo plazo. La emoción no sustituye a las pruebas. Las decisiones sobre la gestión de la fauna silvestre deben basarse en la ciencia y la experiencia sobre el terreno, no en hashtags o titulares.

Aplaudo a la FWC por escuchar a sus biólogos y dar este importante paso. Y con otra votación prevista para agosto para finalizar el plan, insto a la Comisión a que vuelva a dar prioridad a la ciencia.

Los osos de Florida han protagonizado un notable resurgimiento. Ahora es nuestra responsabilidad garantizar que sigan siendo una parte saludable y sostenible del paisaje de nuestro estado, por su bien y por el nuestro.

Maria Davidson, directora de grandes carnívoros de SCIF, cuenta con más de 30 años de experiencia en la gestión de osos. Desempeñó un papel fundamental en la recuperación y gestión de los osos negros en Luisiana, contribuyendo de manera significativa a la exclusión de la lista de especies en peligro de extinción. Maria también estuvo presente en la primera caza de osos del estado en cuatro décadas. Conocida por abordar los retos relacionados con la población y la gestión, Davidson ha dedicado su carrera a abordar las necesidades de recuperación y gestión de los grandes carnívoros.